Descansa en paz, Pilar

Donde acaba el pobre río la inmensa mar nos espera…

Ayer se nos murió una mujer realmente estupenda, Pilar Revilla Bel. Una muerte injusta y relativamente inesperada.

Pilar era y es, porque está presente en nuestro recuerdo, una mujer valiosísima. Culta, inteligente, encantadora y discreta. Una luchadora incansable, feminista ferviente que tuvo una carrera política propia como  concejala socialista en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares  en los años 80.

Una mujer de su tiempo, preocupada por las mujeres y emocionada por la historia de Francisca de Pedraza y sus logros, tal es así que entró a formar parte de nuestra asociación el año pasado, hecho que nos llenó de orgullo. Además, era  secretaria en la Junta directiva del Club amigas y amigos de Francisca de Pedraza, cargo que aceptó con gran cariño y entusiasmo.

También era la esposa de Arsenio López Huerta, una figura imprescindible en el panorama político y cultural de nuestra ciudad . Juntos construyeron una vida dedicada al fomento de la cultura alcalaína. Pero ella supo brillar con luz propia, siempre al lado de sus amigos y las personas que amaba, a pesar de todos los obstáculos y sinsabores que le brindó la vida.

Desde la asociación de Mujeres Progresistas de Alcalá queremos expresar nuestra más profunda tristeza por el  fallecimiento de Pilar y acompañamos en el sentimiento a la familia y en especial a su marido, Curro, quien en febrero de este año, en el acto de entrega de la medalla de oro de la ciudad, manifestó que Pilar era lo mejor que le había dado la vida, unidos, siempre  juntos, en un tortuoso camino entre la inquietud y  el dolor, donde ella ponía esperanza y compartía sus penas.

La muerte nos ama tan profundamente…
No la confunden la vida retirada ni el ruido del siglo.
Y mientras crees que la engañas, ella sonríe
como sonríen las madres a sus hijos,
y se compadece y corre a abrazarte
y te estrecha tan fuerte que ahoga sin querer
tu pulso y tu latido

Esa suerte terrible que es la muerte nos ha arrebatado a Pilar, pero su legado, su pulso y su latido  siguen aquí, entre nosotras, que la recordaremos como la mujer increíble que fue y que sigue siendo.

Descansa en paz, Pilar.

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